EL PODER DE LAS METAS PEQUEÑAS: LA CLAVE PARA UN AÑO ACADÉMICO EXITOSO

Sep 06, 2024

Con el inicio de un nuevo año escolar, es común que los adolescentes sientan una mezcla de emoción y presión. Todos queremos que nuestros jóvenes tengan éxito, pero ¿alguna vez te has preguntado si, sin querer, les estamos empujando a fijarse metas que son demasiado grandes o difíciles de alcanzar? Y lo que es más importante, ¿cómo pueden nuestros hijos evitar sentirse abrumados y, en cambio, encontrar motivación y satisfacción a medida que avanzan en sus estudios?


Las Metas Grandes vs. Las Metas Pequeñas: ¿Cuál es la Diferencia?


Muchas veces, los adolescentes (¡y los adultos también!) se fijan metas enormes que parecen inalcanzables. "Quiero ser el mejor de la clase", "Voy a cambiar todas mis notas este trimestre" o "Este año voy a estar súper organizado". Estas metas, aunque bien intencionadas, pueden resultar abrumadoras y, cuando no se cumplen rápidamente, desmotivadoras.

Aquí es donde entran en juego las metas pequeñas y alcanzables. Estas son los bloques de construcción que, poco a poco, crean un puente hacia el éxito. ¿Por qué? Porque permiten a los adolescentes ver avances inmediatos, mantener la motivación y evitar el estrés de tratar de alcanzar lo imposible de un solo salto.

¿Por qué no empezar con algo más sencillo?


  • "Voy a estudiar 15 minutos más al día."
  • "Voy a hacer una pregunta en cada clase esta semana."
  • "Hoy voy a organizar mi mochila antes de ir a dormir."

Cada pequeña meta lograda refuerza la confianza y lleva a una mayor sensación de logro. Y eso es poderosísimo. No se trata de pensar en el resultado final, sino de disfrutar del progreso constante.

La Importancia de Alinear las Metas con la Identidad Personal


Este es un punto clave: los adolescentes deben fijar metas que estén alineadas con su identidad personal. Si las metas que se proponen no tienen un sentido profundo para ellos, perderán rápidamente la motivación. ¿Cómo puede un adolescente comprometerse a mejorar en una asignatura si no comprende cómo eso encaja en lo que realmente le importa?

Aquí es donde entra el autoconocimiento. En mis talleres, ayudo a los jóvenes a descubrir quiénes son, qué les apasiona y, desde ahí, les guío para que establezcan metas que reflejen sus valores y objetivos personales. Es mucho más fácil alcanzar una meta cuando está alineada con lo que te importa y no simplemente con lo que crees que "deberías" hacer.

¿Cómo podéis ayudar los padres y madres?


Sabemos que los adolescentes son expertos en ignorar consejos, ¿verdad? Pero eso no significa que no necesiten nuestra ayuda. Aquí te dejo algunas ideas para ayudar a tu hij@ a establecer y cumplir metas pequeñas sin generar presión:

  1. Escucha más, habla menos: Pregúntales sobre sus propias metas en lugar de decirles cuáles deberían ser. Un simple "¿Qué te gustaría mejorar este trimestre?" puede abrir una conversación valiosa.
  2. Fomenta el progreso, no la perfección: Celebra los pequeños logros. Si tu hij@ ha cumplido una meta pequeña, reconócelo. El progreso es más importante que la perfección.
  3. Da ejemplo: Si ven que tú mismo/a te fijas metas pequeñas y alcanzables, y logras cumplirlas, estarán más inclinados a hacer lo mismo.

Estrategias para No Desmotivarse: Paso a Paso, con Mentalidad de Crecimiento


Aquí es donde entra la mentalidad de crecimiento. Este concepto, ampliamente estudiado por la psicóloga Carol Dweck, nos enseña que las personas que creen que pueden mejorar a través del esfuerzo están más predispuestas a superar desafíos. Es decir, enseñar a los jóvenes que cada pequeño paso es una oportunidad para crecer, les ayudará a ver los obstáculos como oportunidades y no como fracasos.

Algunas estrategias que pueden mantenerlos motivados incluyen:

  • Hacer un seguimiento del progreso: Una simple lista de verificación o un diario puede hacer maravillas para visualizar lo que se ha logrado.
  • Dividir las metas grandes en metas más pequeñas: Si el objetivo final es obtener mejores calificaciones en matemáticas, la meta pequeña puede ser estudiar un poco cada día, no hacerlo todo la noche antes del examen.
  • Reajustar expectativas cuando sea necesario: No pasa nada si las metas cambian. Lo importante es que sigan sintiéndose alcanzables y relevantes.

Conclusión: Celebra el Progreso, No Solo el Resultado Final


Al final del día, lo que buscamos no es que nuestros adolescentes lo hagan todo perfecto, sino que aprendan a disfrutar del camino. Las metas pequeñas son el secreto para que se mantengan motivados, alineados con sus valores y siempre avanzando.

Si te preocupa que tu hij@ se sienta abrumado por los retos de este nuevo curso, te invito a conocer más sobre mis talleres y mentorías. Juntos, podemos ayudarles a descubrir su propio ritmo y a celebrar cada pequeño paso que den hacia un futuro lleno de posibilidades.



EVA MARÍA ZAMORA

Coach especializada en Adolescentes y Jóvenes
Escuela Mente Épica

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