DISTRACCIÓN DIGITAL: EL RETO SILENCIOSO QUE AFECTA A LOS JÓVENES Y CÓMO PUEDES GUIARLES PARA SUPERARLO
¿Te has fijado en cuántas veces tu hijo/a revisa el móvil o se distrae mientras estudia? En un mundo tan conectado, las distracciones digitales son uno de los mayores retos para los jóvenes, y entender cómo funciona su cerebro es clave para poder apoyarles. La palabra "distracción" viene del latín "distraere", que significa "separar" o "arrastrar en diferentes direcciones". Esto es exactamente lo que ocurre en sus mentes: su atención es separada de lo que están haciendo y es llevada hacia otra cosa.
El origen de las distracciones: Un mecanismo de supervivencia
Las distracciones no son un fenómeno nuevo. De hecho, son un mecanismo de supervivencia que hemos heredado de nuestros antepasados primates. Los monos, mientras se alimentaban o descansaban, necesitaban estar siempre en alerta para detectar posibles peligros. Este sistema de atención fragmentada les permitía sobrevivir. Aunque vivimos en un contexto diferente, nuestros cerebros siguen funcionando de la misma manera.
Hoy en día, cuando un estudiante se sienta a estudiar y su móvil emite una notificación, su cerebro lo percibe como un estímulo importante y su atención se desvía automáticamente. Esto ocurre porque nuestro cerebro está programado para responder a estímulos repentinos, incluso si en la realidad actual no representan una amenaza.
Las trampas de las distracciones digitales
Las redes sociales y las aplicaciones están diseñadas para captar la atención de los jóvenes de manera continua, aprovechándose de este mecanismo natural de alerta. Un estudio realizado por Gloria Mark en la Universidad de California encontró que cada vez que nos distraemos, tardamos aproximadamente 23 minutos en recuperar la concentración completa. Para los estudiantes, esto se traduce en menos tiempo de estudio efectivo y en un aumento del estrés y la frustración.
¿Cómo puedes ayudar a tu hijo/a a gestionar las distracciones?
- Crea un entorno propicio para el estudio: Mantener un espacio de estudio limpio y organizado es fundamental. Un entorno desordenado envía señales al cerebro de que hay "peligros" potenciales, generando distracción. Anima a tu hijo/a a organizar su escritorio antes de cada sesión de estudio para que su mente se centre en lo importante.
- Establece límites claros con las notificaciones: Antes de que empiecen a estudiar, desactiva las notificaciones o pon el teléfono en modo avión. Explica a tu hijo/a que, al hacerlo, están eliminando esos "peligros falsos" que podrían interrumpir su enfoque.
- Utiliza la técnica Pomodoro: Esta técnica consiste en estudiar en bloques de tiempo de 25-30 minutos seguidos de un descanso corto. Esto no solo mejora la concentración, sino que también le da al cerebro la tranquilidad de saber que habrá una pausa pronto, reduciendo la necesidad de buscar distracciones para relajarse.
- Promueve la práctica de mindfulness: Practicar atención plena ayuda a los jóvenes a ser conscientes de las distracciones y a elegir conscientemente cuándo ignorarlas. Como sugiere Jon Kabat-Zinn, la práctica del mindfulness puede ser un aliado clave para que los estudiantes aprendan a controlar su atención y mantener el enfoque.
Las distracciones son una respuesta natural y automática del cerebro, pero eso no significa que no podamos gestionarlas. Como padre o docente, tu papel es fundamental en ayudar a los jóvenes a crear un entorno propicio, establecer límites claros y aplicar técnicas que les permitan concentrarse. Con las herramientas adecuadas, es posible reprogramar sus mentes para que elijan en qué centrarse, y tú puedes ser la guía que les muestre cómo hacerlo.
Eva María Zamora
Coach especializada en adolescentes y jóvenes
Escuela Mente Épica
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